Los valores son nuestros principios esenciales, las direcciones vitales transversales que guían y orientan nuestra vida y que pueden darle un significado. ¿Qué es lo más importante para ti?, ¿qué da sentido a tu vida?
Algunas características de los valores que nos pueden ayudar a entenderlos mejor:
- Los valores son elecciones que implican hacer abstracción de los condicionantes sociales.
- Los valores tienen un carácter transversal y un cierto nivel de abstracción. Sin embargo, debemos saber definir qué significa cada valor para nosotros.
- Aportan una dirección que da sentido a nuestras decisiones y a nuestra vida; ¿dónde llevan los objetivos sin valores que los dirijan?
- La gestión constructiva de los errores y de los “fracasos” puede llevarnos hacia los valores.
- Los valores dependen de nosotros; no de los demás. Por ejemplo, puedo caminar hacia el valor de ser altruista, independientemente de la conducta de las otras personas.
- Los valores no son sentimientos. Sin embargo, caminar hacia el valor nos hace sentir bien.
Algunos ejemplos de Valores: Respeto/Tolerancia, Justicia, Libertad, Gratitud, Honestidad, Igualdad, Amor/Amistad, Sinceridad/Autenticidad, Independencia/autonomía, Crecimiento personal, Ayuda a los demás, Cooperación/Compartir, Humildad/sencillez, Superación/Esfuerzo, Constancia/perseverancia, Lealtad, Responsabilidad, etc.
Sin embargo, a veces, los valores, más que valores, son estereotipos sociales de los valores que, supuestamente, deberíamos tener. Pero, ¿realmente los has elegido tú? ¿O es lo que se espera de ti? Algunos, parecen “Deberías” disfrazados de valores, lo que puede llevarnos a actuar en contra de nuestras necesidades y contra nosotros mismos. A continuación, vamos a plantear algunas diferencias entre Valores y “Deberías”:
VALORES | “DEBERÍAS” |
Asumen las limitaciones de nuestra especie y las limitaciones personales (sé que no los puedo conseguir). | No asumen nuestras limitaciones. “Me exijo ser como no puedo ser”. |
Basados en la libertad personal. “Los elijo” (siempre dentro de las posibilidades de libre elección del ser humano). | “Impuestos” por nuestra herencia filogenética y por las normas sociales de los diferentes contextos que forman nuestro hábitat social. |
Promueven el crecimiento personal; dirigirte a “Ser como quieres ser” | Promueven que “seas como los demás quieren que seas” |
Tienen un compone importante de reflexión. | Dependientes de nuestro miedo al rechazo. |
Asumen el error como un motor del crecimiento. | No asumen el error y el error se vive como un fracaso. |
Basados en el camino. Es decir, en el proceso. | Basados en conseguir logros y resultados. |
Es necesario trabajo, trabajo y trabajo, para que, gradualmente, pasen a formar parte de nuestra identidad. | Forman parte de nuestra identidad y en ocasiones no son conscientes. |
Promueven una autoestima sana. | Promueven una autoestima basada en el logro y la aceptación social. |
Algunas sugerencias para trabajar los Valores:
- Para empezar a trabajar los valores es aconsejable identificar las normas que orienten nuestra conducta en los diferentes ámbitos de la vida (familia, trabajo, amigos, relaciones sociales…).
- A continuación, haremos la siguiente reflexión: ¿Quiero realmente que estas normas determinen mi actitud y dirijan mi vida?, ¿son “Deberías”, son objetivos o son valores?, ¿cómo los he aprendido e interiorizado?, ¿están basados en el respeto de mis necesidades o en las exigencias familiares y sociales?, ¿implican renunciar a mí mismo?…
- Este proceso de reflexión nos traslada a preguntas fundamentales ¿qué valores quiero que orienten mi vida en cada uno de los ámbitos?, ¿qué es lo más importante para mí?
- Una vez hayas realizado una selección de “tus valores”, los que mejor te definen, es importante que describas lo que significa para ti cada valor. Nuestros valores, con frecuencia, son valores vacíos, sin contenido, y en otros casos demasiado abstractos para cumplir su principal función: orientar nuestra vida y nuestras decisiones.
Los valores nos ayudan a tomar decisiones adecuadas y coherentes, jugando un papel enormemente importante en nuestro bienestar emocional. Nos sentimos completos y bien con nosotros mismos cuando somos fieles a nuestros valores e ideas más profundas. Al contrario, cuando fallamos o somos indiferentes a ellos, aparecen los sentimientos de culpa y malestar.
Es importante tener en cuenta que los valores no tienen por qué ser estáticos y conviene revisarlos a medida que evolucionamos como personas, podemos añadir y/o eliminar alguno, reformularlos… al fin y al cabo van a orientar nuestra vida.