Ya os hemos hablado en nuestro blog de Empleo e inserción laboral sobre la Autoestima, sobre cómo se construye y qué factores influyen a la hora de adquirir una autoestima desadecuada. En esta línea damos un paso adelante, y en nuestro post de hoy, queremos hacer referencia a las claves que propone Pau Forner Navarro para mejorar la Autoestima. Seguro que os serán de gran utilidad y os servirán de apoyo en vuestra búsqueda de empleo.
1. Encuentra el origen de tu baja autoestima
Los problemas de autoestima suelen desarrollarse durante la infancia y sus causas pueden ser muy distintas, pero si no las conoces nunca podrás trabajar sobre el origen de tus temores. Al haberse formado en la infancia, la falta de autoestima ha sido creada por la perspectiva de un niño y seguramente esté sesgada. Como no podías entender lo que estaba pasando realmente, es muy útil volver a buscar su origen y replantear tus creencias.
Para encontrar el origen de tu baja autoestima y someter tus creencias a juicio, pregúntate por lo menos tres veces el ¿Por qué? de tus miedos: ¿Por qué temo conocer gente nueva? Porque me ignorarán. ¿Por qué creo que me ignorarán? Porque no soy interesante. ¿Por qué creo que no soy interesante? Porque de pequeño me decían que nunca hablaba.
Efectivamente te da miedo conocer gente porque crees que no sabrás qué decir. Pero si te das cuenta finalmente que lo importante para conocer gente no es hablar, sino escuchar, probablemente empieces a superar ese temor.
2. Inténtalo, aunque sepas que vas a fracasar
Se ha demostrado que el principal enemigo de nuestra autoestima es, sencillamente, no hacer nada. Cuando nos sentimos amenazados nuestro instinto es buscar vías de escape porque creemos que así reduciremos nuestra ansiedad. Por eso cuando sientes miedo o desánimo en lugar de enfrentarte directamente a ellos intentas esquivarlos. Y es lógico: en el momento en que decides evitar lo que te preocupa notas una sensación inmediata de alivio. El problema es que esa conducta puede terminar convirtiéndose en un hábito.
Porque ¿cómo crees que terminarás sintiéndote a medio plazo? Evitar lo que temes y actuar como un cobarde no es algo de lo que puedas enorgullecerte, y eso vuelve a cerrar el círculo de la baja autoestima. Por eso cuanto más evites lo que preocupa, peor te sentirás contigo mismo.
La buena noticia es que la ciencia ha comprobado que la autoestima no depende del resultado de tus actos. Depende simplemente de que actúes. Aumenta cuando te enfrentas a las circunstancias, y disminuye cuando las evitas. Solo enfrentándote a tus miedos lograrás romper este círculo vicioso.
3. Sustituye tus objetivos por valores
Marcarse grandes objetivos suele ser sinónimo de frustraciones y pérdida de contacto con la realidad. Pero entonces, ¿qué haces sin objetivos en tu vida? ¿Cómo vas tomar decisiones? ¿Y cómo encontrarás la motivación para enfrentarte a tus retos?
Necesitas algo sólido. Algo que te permita seguir adelante cuando te sientas cansado, ansioso, deprimido o desanimado. Algo tan poderoso que te motive a salir de tu zona de confort para exponerte a aquello que temes. Hay algo que posee todos los beneficios de los objetivos y ninguno de sus inconvenientes: Tus valores. Los valores son nuestra definición más fundamental, nuestra hoja de ruta. Nos marcan la dirección cuando creemos que nos estamos perdiendo y nos dan energía para seguir luchando. Gracias a tus valores también podrás conseguir un plus de autoestima cuando más lo necesites.
Cada vez que tengas que enfrentarte a un reto, saca tu listado de valores, elige uno, y durante un par de minutos recuerda por qué es importante para ti. Aumentará tu autoestima y te protegerá de la ansiedad.
4. Identifica tus verdaderas fortalezas
Además de tus valores, para construir tu autoestima necesitas convencerte de que hay algo bueno en ti. Y te aseguro que TODOS tenemos puntos fuertes, el problema es que las personas con poca autoestima no los saben identificar. Para encontrar tus fortalezas piensa en cinco logros que hayas conseguido en tu vida, como terminar tu carrera mientras trabajabas, aprender a cocinar solo o lograr seducir a tu pareja. Si te cuesta encontrarlos es porque no estás siendo generoso contigo mismo, así que imagínate que ese éxito lo hubiera conseguido un amigo, ¿qué le dirías? ¿cómo se lo reconocerías?
Luego piensa qué características personales positivas son necesarias para conseguir cada uno de ellos. En los ejemplos anteriores podrían ser la perseverancia, la curiosidad y la iniciativa. Éstas son tus fortalezas.
Cada vez que te sientas juzgado o cuestionado, repasa mentalmente tu lista de fortalezas y recuerda de dónde provienen. Está demostrado científicamente que así te sentirás más seguro de ti mismo. Incluso se comprobó en un estudio que pensar en tus puntos fuertes antes de un examen puede ayudarte a sacar mejores notas.
5. Convierte tus pensamientos negativos en respuestas racionales
Ahora ya tienes tu conjunto de valores y fortalezas para empezar a creer en ti. Pero nuestras experiencias del pasado, incluso aquellas que ya no recordamos, continúan afectando nuestra vida en forma de “voz interior”.
En personas con una autoestima sana esta voz suele ser amable y reconfortante. Pero en aquellas con baja autoestima se convierte en su peor crítico, castigándoles por sus errores y despreciando sus logros. Este diálogo interno provoca ansiedad y nos recluye en nuestro círculo de confort, así que es clave que también seas capaz de superarlo. El problema es que esa voz interior es irracional y como esos pensamientos irracionales no necesitan ninguna base real para existir, debes ponerlos a prueba para que tu razón los venza. ¿Es una amenaza real o está totalmente infundada?
El proceso para vencerlos es el siguiente:
- Identifica en qué situaciones aparecen y qué te dicen. Tus pensamientos negativos suelen ser siempre los mismos, así que ¿de qué manera te hacen interpretar las situaciones? ¿Qué emociones te provocan?
- Finalmente, racionaliza tus pensamientos negativos irracionales respondiendo a estas tres preguntas: ¿Estás seguro de que eso va a ocurrir?, si realmente ocurre, ¿cómo estarás dentro de un año?, ¿qué le dirías a un amigo que te estuviera contando eso?
Crea el hábito de identificar y cuestionar tus pensamientos negativos y empezarás a disminuir su efecto sobre ti.
6. Sepárate de tus miedos con aceptación y compromiso
Es posible que después de identificar y racionalizar tus pensamientos negativos todavía tengas algunos miedos tan profundos que te sigan bloqueando. No te preocupes, porque para eso tenemos la estrategia de aceptación y compromiso, un método que ha demostrado una enorme eficacia científica para superar esas creencias.
La mayoría de gente, cuando hay algo que le preocupa, intenta no pensar en ello. Tratamos de bloquear nuestros pensamientos o distraernos pensando en otra cosa. Pero eso no solo ha demostrado que no funciona, sino que además provoca que tus miedos vuelvan con más fuerza. En lugar de intentar ignorarlos, tienes que aprender a desligarte de ellos.
Para conseguirlo, practica este proceso cada vez que sientas que el miedo te invade:
- No bloquees el pensamiento que causa ese miedo. Dale espacio y siéntelo.
- Familiarízate con tu miedo. Ponle un nombre e imagínate cómo sería su forma física (si lo dibujas todavía mejor).
- Utiliza un poco de mindfulness para que fluya y se marche. Puedes imaginarte un manantial de agua que arrastra unas hojas. Visualiza tu miedo encima de una hoja mientras el rio lo arrastra y desaparece lentamente.
No intentes bloquear tus miedos. Dales espacio y familiarízate con ellos hasta que los veas como el típico compañero de viaje pesado. Así desaparecerán.
7. Perdónate a ti mismo con la autocompasión
Apoyarte en tus valores, identificar tus fortalezas y racionalizar y desvincularte de tus pensamientos negativos es necesario, pero para conseguir una autoestima sana te falta algo imprescindible. Te falta aprender a perdonarte por tus errores. En jerga psicológica a esto se le llama autocompasión, y se trata de una estrategia que está revolucionando la comunidad científica gracias a sus espectaculares resultados.
Tú eres tu peor crítico. Si después de prepararte dos años para aprobar unas oposiciones no lo consiguieras probablemente te sentirías muy decepcionado. Pero si le ocurriera a un amigo tuyo, ¿no le consolarías diciéndole que lo importante era intentarlo? ¿Que ya tendrá más oportunidades? Pues la autocompasión consiste en tratarte con la misma empatía con la que tratarías a ese amigo tuyo. Significa darte apoyo y ser comprensivo contigo, en lugar de criticarte y juzgarte. Implica aprender a calmarte y reconfortarte para volver a intentarlo, en lugar de castigarte cada vez que cometes un error.
Cada vez que te descubras a ti mismo castigándote, sustituye tu voz crítica por esta voz compasiva. Tu autoestima lo agradecerá.
8. Aumenta tu confianza con las posturas de poder
Aunque casi todo el mundo cree que la autoestima nace en nuestra mente, los estudios más recientes de investigadores como la Dra. Amy Cuddy apuntan que también tiene parte de su origen en el cuerpo. Hasta hace poco se creía que la vía de comunicación entre mente y cuerpo solo tenía un sentido. Pero la realidad es que tu lenguaje no verbal también influye en tu estado anímico. Se trata de un pez que se muerde la cola: cuando te sientes derrotado lo expresas encogiendo tu cuerpo, lo que te hace sentir todavía más deprimido.
Pero es posible romper ese círculo vicioso, y es tan sencillo como utilizar una postura erguida y expansiva cuando te encuentres abatido. A este tipo de poses (cabeza elevada, hombros hacia atrás y manos apoyadas en las caderas) se les llama posturas de poder.
Puedes empezar por mantener cada mañana una pose de poder durante un par de minutos, y también cada vez que tengas que enfrentarte a un reto. Te sentirás más confiado.
9. Multiplica tu autoestima con el ejercicio
Tu cuerpo tiene algo más que decir sobre tu confianza, y es que quizás esta sea la forma más rápida de aumentarla. Los resultados del mayor estudio realizado sobre ejercicio y autoestima demostraron que, siempre que sea de mediana intensidad, hacer deporte incrementa la autoestima a corto plazo.
No olvides incluir una rutina diaria de ejercicios de 30 minutos de duración. Empezarás a notar los resultados de inmediato.
10. Piensa menos en ti y más en los demás
La espiral de la baja autoestima es un círculo vicioso. En nuestro afán por sentirnos mejor empezamos a chequear constantemente nuestro estado anímico. ¿Cómo me siento hoy? ¿Esta opresión en el estómago significa que voy a hundirme otra vez? Eso solo crea mayor ansiedad.
Para sentirte mejor deberías hacer todo lo contrario: dejar de pensar tanto en ti y centrar tu atención hacia fuera. Pensar solo en tus problemas no te hace ningún favor, tal y como se comprobó en un estudio de las universidades de Yale y California. En él, los participantes que realizaron acciones altruistas mantuvieron un estado anímico mucho más positivo que los que siguieron centrados en sí mismos. Ayudar a la gente tiene efectos beneficiosos sobre nuestra autoestima por dos motivos:
- El primero es porque te ayuda a distraer la atención sobre ti mismo, algo fundamental.
- El segundo es porque parece estimular ciertos sistemas biológicos que reducen las respuestas emocionales relacionadas con la ansiedad. Es como si estuviéramos programados para ayudar a nuestros semejantes.
Empieza a hacer más cosas por los demás porque, en el fondo, también lo estarás haciendo para ti.